martes, enero 29, 2008
GPS de ayer y hoy
Corría el año 1998 cuando la gente se afanaba por comprar una guía como la de la imagen, para poder hacer sus viajes por carretera sin extraviarse.
Hoy todavía quedan quienes usan ese tipo de mapas, aunque la realidad es que una buena parte de la población utiliza dispositivos GPS (odio el nombre que se le ha otorgado en castellano, y prefiero "Sistema Mundial de Posicionamiento") para realizar dicha tarea. El GPS tiene muchas ventajas respecto a las viejas guías, y me gustaría enumerar algunas de ellas:
- Es más pequeño y está a la vista.
- No requiere de la colaboración del copiloto.
- Se puede ver sin problemas durante la noche.
- Si te das algo de maña, lo puedes tener más o menos actualizado.
- Lo puedes llevar en el propio teléfono.
- Suelen incluir más funciones que el simple mapa de carreteras, como música o manos libres.
- La cansina voz de guía hace compañía y evita en cierto modo que nos durmamos al volante.
- Puede informar del estado del tráfico, y aconsejarnos en consecuencia.
- Busca las rutas más rápidas o cortas, con el consecuente ahorro en combustible y desgaste del vehículo.
- Evita que nos perdamos en muchas ocasiones (otras veces nos pierde él, no obstante), ahorrando combustible igualmente.
- Nos advierte de puntos conflictivos (y de radares recaudatorios) en el camino.
- Encuentra fácilmente una gasolinera.
- Informa sobre la hora de llegada aproximada.
- Si nos equivocamos, o nos desviamos de nuestro recorrido en cualquier momento, sabrá llevarnos por una nueva trayectoria.
Podría decir más, pero no se me ocurre ninguna otra XDD. No obstante, este tipo de tecnología también tiene sus inconvenientes:
- Puede distraer la atención del conductor.
- Si no se configura bien, por la noche puede deslumbrar un poco.
- En ocasiones la voz de guía puede resultar algo irritante (aunque siempre se le puede mandar callar).
- Requiere recargar la batería, o llevarlo conectado al mechero del vehículo.
- Si no se está lo suficientemente atento, en ocasiones nos puede jugar malas pasadas, como en algunas rotondas, o cruces con múltiples salidas.
- El fabricante suele intentar empalarnos en cada actualización del mapa.
- Si dejas el soporte puesto en el coche, puede que alguien quiera cambiar tu GPS de dueño sin tu permiso.
Igualmente, podría decir más, pero el cerebro no me da para más a estas horas.
En resumidas cuentas, creo que es muy positivo disponer de un aparato de GPS en nuestros coches, y bien usado supone un notable incremento de la seguridad vial, tanto para nosotros, como para el resto de conductores.
¿A qué estás esperando? Tira esa obsoleta guía (o guárdala para hacerle una foto dentro de otros pocos años), y pásate al GPS. Tu copiloto habitual lo agradecerá ;-)
Etiquetas: conducción, gps, tecnología, vehículos