lunes, octubre 08, 2007

Trincar el grifo

Hace ya mucho que se inventó el concepto (y la acción) "escaqueo", pero es en estos últimos años cuando estamos siendo testigos de un creciente fenómeno, que se da fundamentalmente en los trabajos relacionados con las (a mi juicio) mal llamadas "tecnologías de la información". Dicho fenómeno ha sido bautizado por mi colega Mijel y por un servidor como "trincar el grifo".

Los trabajadores del mundillo este de "cosa de ordenadores" estamos más desmotivados que de costumbre (se que hay excepciones, pero hablo de lo que mis ojitos alcanzan a ver). Tenemos responsables superiores que desconocen el potencial de su equipo humano, salarios que en muchos casos distan de ser medio razonables si lo comparamos con lo que en otras profesiones se paga, teniendo en cuenta la dedicación y esfuerzo fuera de las horas de trabajo que la nuestra implica, amén de la extraña situación en la que nos vemos inmersos la gran mayoría: trabajamos en una empresa, pero nos paga otra, esto es: somos subcontratados.

Los subcontratados nos encontramos con que el cliente, es decir, la empresa en la que trabajamos físicamente, paga un pastizal a nuestra verdadera empresa, quienes se limitan a exigirnos los partes de dedicación cada mes, y poco más. Este cliente no tiene reparos en pagar semejante cantidad de dinero (la mayoría de las veces supera el doble de nuestro salario), pues quien lo paga no es el dueño del dinero (habría que preguntarle a un panadero si pagaría más del doble del sueldo de su empleado a una E.T.T.), sino un jefecillo (yo prefiero llamarles "empresarios frustrados") que disfruta con el ¿poder? que le otorga su posición en la compañía, e igualmente, no tiene reparos en solicitar a las empresas de servicios un buen montón de "recursos", como gustan de llamarnos, que a la hora de la verdad no tendrán gran cosa que hacer durante su jornada laboral.
¿Por qué? Pues porque cuando la pasta sobra, y lo único que importa es el sobre que el jefecillo se va a llevar a final de año, en concepto de "objetivos" (permítanme que me parta de la risa), lo fundamental es tener un ejército de "chavaleh" que saquen el trabajo sí o sí.

Es por todo esto que durante la mayor parte del año, nosotros los "recursos humanos" no tenemos mucho que hacer, y si lo tenemos, nos escaqueamos, pues da pereza ponerse a trabajar cuando pasas meses enteros tocándote las pelotas.

Hay quien dice que la Web 2.0, y me estoy refiriendo a las redes sociales, a espacios como meneame.net, digg.com, myspace.com entre otros y a los blogs en general, está funcionando gracias a todas esas personas que, lejos de tener ganas de hacer su trabajo, prefiere matar el tiempo escribiendo comentarios a las noticias de otros. ¡Y creo que no se equivocan al hacer tal afirmación! Antes la gente se escaqueaba por los pasillos, en el lavabo, o donde fuera menester, pero hoy en día uno puede escaquearse ¡sin levantarse de su silla!
De esta forma, el jefe está feliz, pues sus muñecos están ahí quietecitos, el que pone la pasta se hincha a ganar más pasta, y los chavalotes de la tecla lo pasan en grande escribiendo cositas en todo tipo de sitios web.

¿Entonces? ¿Nadie pierde nada con esta extraña situación?
Pues desafortunadamente, y contra todo pronóstico, sí. Aquí quien pierde somos nosotros: los que picamos tecla.

¿Cómo es eso posible? Os preguntaréis por qué somos nosotros los que salimos perdiendo, si nos pagan cada mes, y pasamos el día bloggeando, y escribiendo comentarios. Pues bien sencillo: estamos perdiendo nuestro tiempo. Pasan los días, los meses y los años, y aceptamos nuestra posición de empleados "de segunda", nos hacemos mayores, y llegará el momento en el que seamos "demasiado viejos" para ser apetecibles para los clientes de nuestras empresas. ¿Qué pasará entonces?

Trincar el grifo es un término acuñado en una de las muchas ocasiones en las que hemos hablado de ésto Mijel y yo, rememorando aquellos grifos de refresco, parecidos a la "alcachofa" de la ducha, que había en algunos garitos en los que te ponían la fanta naranja a golpe de gatillo (por suerte el vodka lo ponían de botella), y así es como nos vemos, sentados en nuestro puesto de trabajo, con el grifo "trincao" con la mano izquierda, la bocota bien abierta, y "sopando flanta" de naranja (jajaja me encanta ese término) sin parar, mientras los minutos y las horas pasan, hasta la hora de la salida.

Sea como fuere, todas estas actividades a las que representa "trincar el grifo" son nocivas para los que deberíamos reciclarnos continuamente, y creo que es buen momento para recapitular, y pensar en el daño que nos hacen, y el poco beneficio que nos reporta.

No estaría de más crear un "comandillo" para terminar de una vez por todas con las empresas de servicios, dar verdadero valor al empleo de los informáticos que hoy están subcontratados, y evitar que los jefecillos de turno se lleven la pasta (la suya, la del sobre, y las que los gerentes de las pseudo E.T.T. les sueltan por debajo de la mesa), mientras nosotros nos hacemos viejos bloggeando por un puñado de euros al mes.

Ah, cómo no, este post ha sido redactado con la mano derecha, puesto que la izquierda la tengo ocupada con un grifo de fanta naranja enchufado directamente a la boca.

Termino diciendo que en breve empiezo una nueva etapa en otra empresa (igualmente, subcontratado), y espero que el grifo no sea una constante como lo es aquí. Aunque nunca se sabe... Lástima de la sensación de inquietud de cuando era niño, que comencé a perder cuando un señor de reluciente corbata me presentó en un banco con las palabras mágicas "aquí os traigo al chaval".

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Comments:
Totalmente de acuerdo. Y sigo en mis trece: la única posibilidad, tal y como está la situación, es la autonomía.

Yo ya la estoy buscando con afán. Espero poder decir muy prontico que me he emancipado. Así no tendré al menos que sentarme delante de un ordenador a buscar cositas para hacer que curro.
 
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