El blog de epyblast

A muchos puede parecerles un auténtico disparate que una persona pueda dedicar diariamente cerca de tres horas a los desplazamientos para asistir a su puesto de trabajo, pero para mi (y seguro que como a alguno de vosotros) eso forma parte de la "rutina diaria" ¿verdad?

Yo creo que, en efecto, es un disparate desperdiciar tantísimo tiempo en algo tan absurdo, sobre todo cuando (al menos a mi) casi nos hacen falta días de treinta horas para poder llevar a cabo todas esas cosas que queremos realizar. ¿Y qué hacen los que pueden (hacer) para solventar problemas como éste?

Pues bien, hay soluciones que se han puesto en práctica, como la reforma de la M-30, digna de ser comparada (a gran escala, eso si) con la que les preparan a los dueños de la casa en la película "El Milagro de P. Tinto", con la salvedad de que en la película, el propietario tan sólo quería poner "una escarpia" mientras que en el caso que nos ocupa, la intención era la de "sanear" desde un principio.

Unos dicen que los responsables de tamaña obra han gastado 32,5 millones de euros en publicitar la M-30. Otros dicen que las obras costarán a los madrileños cerca de 222 millones de euros anuales, hasta el año 2040. El coste real yo no lo conozco, pero lo que sí se son las cosas que se pueden hacer con esa indecente cantidad de dinero, y no hablo precisamente de cosas no relacionadas con el problema del transporte, sino todo lo contrario...

Y es que me digo a veces (si, debo estar un poco chiflado pues en esas horas que dedico a desplazarme al trabajo en ocasiones hablo conmigo mismo) "seguro que hay otra persona que en este momento viaja desde Tres Cantos a Leganés para ir a trabajar" (yo hago el trayecto contrario cada mañana). Cincuenta kilómetros de puerta a puerta (si viajo por la M-40), y poco más de cuarenta si lo hago por la M-30 (atravesar Madrid por el Paseo de la Castellana es algo que ni me he planteado, evidentemente, a pesar de que sería el trayecto más corto en lo que a distancia se refiere) son los que tengo que recorrer para poder cumplir con las obligaciones que tengo contraídas con la empresa que me emplea y es que, aunque os parezca una locura, tengo la mala costumbre de pagar mi hipoteca cada mes, además de otro lujo que algunos nos permitimos conocido como "comer" (amén de otros pequeños lujos que sí lo son, todo hay que decirlo).

Pues bien, estoy convencido de que, en efecto, hay otra persona (una al menos) que hace mi trayecto a la inversa, para realizar un trabajo similar (o de categoría similar) al que yo realizo allá por el norte, pero en el sur. ¿Es que nadie se ha planteado antes que yo que la raiz del problema del tráfico no reside en el capricho de los ciudadanos, y que en realidad el problema nace de la necesidad de ir a trabajar?

Bueno, como hasta el momento no he hecho más que poner pegas (algo que no me gusta demasiado), ha llegado el momento de proponer soluciones (algo que me encanta), y propongo que el gobierno premie a las empresas que contraten personal cuya residencia esté próxima a su lugar de trabajo, y penalice a aquellas que hagan lo contrario.

Actualmente al empresario o personal de recursos humanos generalmente les importa un soberano cojón lo lejos o cerca que viva el currante en cuestión, puesto que lo que les interesa es su rendimiento y lo barato que éste les salga. Sin embargo sí les preocupa que dicho trabajador provenga "del paro" a la hora de la contratación, para obtener una subvención del estado. ¿Por qué no hacer que se preocupen también de su domicilio?

Además, con una medida como ésta (seguro que no exenta de alguna que otra pega, aunque todo es solucionable en esta vida) matamos dos pájaros de un tiro (o varios, si me permitís), puesto que a la par que se reduciría el tráfico de la ciudad y alrededores, disminuiría el índice de contaminación de manera notable, y con ello la temperatura de la ciudad (atentos los seguidores del movimiento "estamos destruyendo el mundo con el cambio climático"), además de conseguir un decremento importante del nivel de estrés de los trabajadores. ¿Más ventajas? No se consumiría tanto combustible, los ciudadanos ahorraríamos más, gastaríamos menos igualmente en el mantenimiento de los vehículos, no habría tantos problemas de aparcamiento, se usaría más (y de manera más eficiente) el transporte público, habría una mejor conciliación entre el mundo laboral y el familiar, y un sinfín de cosas más que seguro me dejo en el tintero.

¿Qué hago? ¿Cómo hago llegar esta idea a los señores que deciden las políticas de nuestro país? Seguro que si algún americano leyera esto me respondería "c'mon boy! run for president!", pero mira tú, me jode tener que acudir el domingo 27 de mayo a la mesa electoral para ejercer de "suplente 1º del presidente de mesa", como para formar un partido político XDDDD

Si a un triste ciudadano se le puede ocurrir una solución como ésta, también se le puede ocurrir a un político "de verdad", y si no la han puesto en práctica, será por que a más de uno no le saldría rentable, y ese "más de uno", seguro que no es de los que, cada mañana, se come el atasco en los relucientes e inundables túneles de la M-30. Mira ahora la imágen que encabeza a este post, y dime con un simpático comentario que no te gustaría que nuestras carreteras estuvieran así cada mañana ;-)

Etiquetas: politica, trabajo, transporte