lunes, febrero 12, 2007

Unos vienen, y otros van

Asín son las cosas, y asín se las hemos contado. Unas veces vienen unos, y otras veces se van otros.

Hoy le toca irse (a su tierra, ojo, no "al barrio"! XD) al que durante los últimos quince meses ha tenido que soportar mi presencia justo enfrente de su mesa: El yayo.

Por fin le ha salido una buena oportunidad de estar cerca de los suyos, de ahorrarse los atascos de esta ciudad salchichera, los problemas del aparcamiento en el verdín la zona verde, y en los barrizales del único pueblo que cuenta con una fábrica de olores y ruidos de toda la comunidad de madrí.

Me acordaré de él todos los días, cuando a las 6:00 A.M. mi despertador me recuerde que tengo que zamparme 50 km de peleas con el embrague, de frenazos, de saludos entre conductores, y de diversiones en la gincana de curvas y túneles de laemetreinta. Me acordaré de él cuando salga a fumar, cuando vaya a comer con el comando basurillas, y en tantas y tantas ocasiones...

Rafa, de todo corazón, que te vaya muuuuy pero que muy bien en tu(s) nueva(s) etapa(s). Ahora vas a saber lo que es "estar casao" :D

Comments:
Muchas gracias señor Cosín.

A todo el que lea este simpático comentario decirle que ha sido un gran placer el tener a este simpático caballerete como compañero de trabajo.

Es todo un show el tenerlo todo el día delante de tí y entre risotás, canturreos y soportar sus charlas con el monitor, a uno se le hacían bastante entretenidos los días.

El yayo.
 
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