domingo, septiembre 24, 2006
losburrales.com y la censura
Leo en bandaancha.st una noticia acerca de la web www.losburrales.com. Según parece, por orden ministerial se ha instado a Telefónica y a ONO a bloquear la IP de esta web.
Lo acojonante es que se trata de un foro en el que se hacen públicos los descalabros del ayuntamiento de un pueblo, y donde se destapan casos de corrupción. Parece que allí se reparten las plazas de policía entre la familia, se llevan patrimonio del ayuntamiento a sus casas, y no se qué más disparates. Esto no ha debido gustarle a alguien, porque visto este documento, y la acción finalmente tomada, da verdadero miedo pensar que la censura sigue viva en nuestro país.
Echadle un ojo a Google. Parece que mucho se está hablando del caso.
Comments:
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Ya he cambiado mis DNS a las de ya.com, pues no podía acceder a la página.
No he conseguido saber muy bien qué está ocurriendo ni quién es el puto responsable, así que no dejaré que me suba por el momento la mala hostia.
La página en cuestión tiene muy poco peso como para que parezca merecedora de la atención de ningún político, pero mi exploración ha sido demasiado superficial y no puedo añadir nada al asunto.
Si realmente se trata de un episodio de censura recalcitrante, me cagaré en tó lo que se menea de forma automática. Y rezaré a todos los dioses para que lleguen a nuestras costas políticos de verdad, sin farfulla ni bellaquería y con el mínimo de rigor y honestidad exigibles en cualquier caso.
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No he conseguido saber muy bien qué está ocurriendo ni quién es el puto responsable, así que no dejaré que me suba por el momento la mala hostia.
La página en cuestión tiene muy poco peso como para que parezca merecedora de la atención de ningún político, pero mi exploración ha sido demasiado superficial y no puedo añadir nada al asunto.
Si realmente se trata de un episodio de censura recalcitrante, me cagaré en tó lo que se menea de forma automática. Y rezaré a todos los dioses para que lleguen a nuestras costas políticos de verdad, sin farfulla ni bellaquería y con el mínimo de rigor y honestidad exigibles en cualquier caso.
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