El blog de epyblast

Recuerdo cuando allá por el año 1995 comencé a trabajar en una empresa de logística... ¡Qué tiempos! Bueno, no nos pongamos nostálgicos... Resulta que pasados unos días, mi jefe me mandó llamar (aquí suena una risilla), así que en su mesa me planté, cocacola para tooooodos y algo de comer XDDDDDDD. El tipo me dijo algo así como "...me da la impresión de que eres un poquito lento en tus labores... como que te tomas las cosas con demasiada tranquilidad...", seguido de un "tienes dos semanas para cambiar tu actitud, o vas a la calle"

Pues bien, me quedé de piedra, pues yo no sabía a qué se refería. Vale, era mi primer trabajo, no tenía ni idea de lo hipócrita que es el mundo laboral, y cometí algunos errores...

Uno de ellos, y el que hizo cambiar radicalmente la opinión de mi jefe fué mi forma de andar por la oficina. Cuando me incorporé a la empresa, caminaba de una forma normal, de la manera en que todos caminaríamos para recorrer cinco metros en una oficina. ¡¡¡Uno no se levanta, y para recorrer cinco metros acelera el paso!!! ¡Y menos cuando al otro lado no hay nadie ahogándose!
Sin embargo esto, por desgracia, da una imagen de uno mismo bastante negativa. Me explicaré:

Mi primer cambio realizado fué caminar rápido de un sitio a otro, como si llevara prisa. El resto de cosas no fueron más que maneras de tapar o esconder lo inevitable, como por ejemplo, simular estar haciendo algo con el ordenador cuando en realidad no tienes nada que hacer (circunstancias de la vida XD).

Es preferible aparentar estar muy ocupado, a dejar ver que no tienes trabajo. A nadie le importará que no tengas nada que hacer, pero sí les importará que seas descarado.

Pero ¡¡¡ ay la forma de andar !!! Tan sólo por levantarme y hacer un sprint para ir a la fotocopiadora, mi jefe empezó a pensar que era un chico raudo, veloz, y lo más sorprendente, un chico ¡ muy eficiente ! ¿Cómo decía él? ¡ Ah si ! Decía algo así como "tú me solucionas".

Mis aptitudes con respecto al trabajo no cambiaron en absoluto. Ni fueron mejoradas, ni modificadas. Simplemente comencé a hacer lo que todo el mundo hacía: "figurar y aparentar".

Pues bien, hoy me he fijado en un chico de por aquí. Se ha levantado para ir a hablar con su teléfono móvil al pasillo, y al rato ha vuelto. Ahí es cuando me he fijado en él. Volvía con un paso muy lento, como si le costara avanzar. Lo realmente increíble es que me he sorprendido a mi mismo pensando "vaya tío más parao!!", y es cuando me he dado cuenta de que estoy demasiado acostumbrado a las figuraciones y apariencias. De ahí que haya querido plasmar esta simple reflexión en el blog.

¿Qué opináis sobre esto? ¿Es incompatible caminar despacio para ser bueno en el trabajo? ¿Juzgaríais a alguien en su trabajo por su forma de caminar?